Viaje a Polonia

Ayer llegamos del viaje que, aprovechando la Semana Santa, teníamos previsto a Varsovia y a Cracovia.
Estamos molidos pero satisfechos por todo lo que hemos visto.
Polonia me ha parecido un país (la parte que he visto, claro) lleno de historia y muy interesante.
No se puede decir que todo sea bonito (Auschwitz no puede definirse con esa palabra evidentemente) pero sí que tiene muchos lugares preciosos: desde antiguas casas con función de museo hasta impresionantes atardeceres pasando por los agradables cafés.
El entorno es variado y heterogéneo pese a los destrozos en la Segunda Guerra Mundial (o a causa de ellos) los restos de siglos anteriores que, con tanto cuidado mantienen, la guerra y la impronta soviética la hacen muy peculiar.
El tiempo, además, nos ha acompañado, así que hemos podido disfrutar de numerosos monumentos, iglesias, museos, exposiciones (como la del cartel en Varsovia) y visitas a las Minas de Sal y la, desgraciadamente, emocionante visita al campo de concentración de Auschwitz.
También,y debido a la herencia rusa, hemos podido disfrutar de la gastronomía del lugar por unos pocos euros.
El pueblo polaco me ha parecido valiente y fuerte, capaz de haberse sopbrepuesto a innumerables ataques, bombardeos masivos, asesinatos y destrucciones.
Ellos han sido capaces de reconstruir ciudades como Varsovia de una forma impresionante en pocas décadas, no sólo restaurando lo que hubo si no añadiendo rascacielos y edificios vanguardistas convirtiéndola en una ciudad moderna y cosmopolita.
En definitiva me ha valido la pena el viaje pese que ahora no note los riñones y tenga el cuerpo cortado por los numerosos vuelos (dos para ir y tres al volver).
Quedan miles de cosas que contar pero, como me extendería demasiado, animo a todo el que lea esta entrada a visitarla, seguro que os va a gustar.