viernes, 3 de junio de 2016

Que viva estar guapa...y cómoda

Estar enferma te proporciona mucho tiempo para ver, ver mucha tele sobre todo porque al no poder tirar de tu alma el sofá se convierte en tu gran amigo y aliado y, al tener la mente en encefalograma plano, o casi, la televisión es el pasatiempo más adecuado ya que te entretiene con sus imágenes, colores, música y movimientos sin necesidad de pensar mucho.
Ver mucha tele conlleva, antes o después a ver más publicidad de lo que te gustaría, y, estando en ello, en ver los spots, es cuando hace acto de presencia la neurona más espabilada de mi cerebro.
En uno de los anuncios, un grupo de bellas jóvenes vestidas de colores alegres bailan y sonríen visiblemente contentas al son de una música animada que proclama a los cuatro vientos las bondades de ciertos objetos y accesorios propios del género femenino que, según el propio spot, ayudan a estar más guapa, de hecho, el lema de la campaña es así de claro y contundente: "¡Que viva estar guapa!.
Así entre baile y saltitos enumeran alguno de ellos entre piropos y vítores:
-ole la máscara de pestañas- , -bravo los tacones- , -hurra el push up- afirma la locutora en pleno éxtasis danzarín de las mozas.
Y es ahí cuando el mecanismo adormecido de mi cabeza empieza a moverse, casi lo oigo chirriar, pero hace que me pregunte si unos tacones de 15 centímetros me ponen así de contenta, si al aplicarme  máscara de pestañas (claro, eso antes de que se me calleran por efecto de la quimio) me producía esa sensación de plenitud mística que refleja la chica del anuncio, o si, al embutirme en unos vaqueros estrechos (debo de admitir que nunca han llevado incorporados ningún push up de esos pero apunto mentalmente que he de añadirlo a mi lista de  "cosas por hacer después del cáncer") me hacían sentirme cual diosa griega con melena al viento (por supuesto, también en el pasado ya que actualmente los corticoides no me permitirían meterme en unos jeans ni embadurnándome en grasa de cerdo de arriba a abajo, y lo de la melena al viento habrá que dejarlo para otro momento ya que estoy viviendo mi "momento Kojak" en pleno apojeo.
Y me vuelvo a preguntar que de qué se trata la historia, si de celebrar estar guapa o celebrar estar bien.
He vivido muchos momentos de mi vida sintiéndome guapa pero incómoda. Los tacones (he utilizado muchos y de muchos tipos durante casi treinta años) nunca me han proporcionado más placer que el hacerme sentir más despegada del suelo y cercana a los demás debido a mi escasa estatura (nunca he visto el motivo de las chicas altas por llevarlos)  al contrario, generalmente me he sentido inestable y por tanto insegura y mil noches he llegado con los pies reventados y la espalda molida, eso sin contar las innumerables caídas, que, yo, con tendencia a la torpeza, he sufrido sistematicamente cada poco tiempo.
De la máscara de pestañas y la madre que la parió te acuerdas cada vez que se te mete algo en el ojo o te da un ataque de risa o se te forma el pegote cuando te la aplicas con la "hora pegada al culo" para asistir a la cita. De los vaqueros, ni mencionarlos, el gran enemigo de las comidas copiosas.

En definitiva, seguimos en las mismas de siempre cuando se le da más relevancia al envoltorio que al contenido, cuando lo importante es celebrar estar guapa ante todo y sobre todo, aunque sea incómodo o doloroso.  Lo fundamental es estar guapa, y, encima, celebrarlo.
Sí ya sé, y más aún como profesora de "Campaña publicitaria" que mucho de todo esto tiene que ver con el target del producto, que, la puesta en escena, el tono, el ritmo y el mensaje van destinados a mujeres jóvenes que se cuidan y se preocupan por su aspecto.  Pero el caso es que yo aún me siento joven pese a mis cuarenta y a mi enfermedad, y el caso es que, como un altísimo porcentaje de las mujeres me preocupo por mi imagen.
La pregunta es ¿tanto como para sacrificar el esfuerzo? ¿tanto como para encima CELEBRARLO?
Si es así, tal y como me veo en estos días inciertos sería como para pegarme un tiro.

Fuente: https://abancommercials.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo decirte que eres un ejemplo de valentía. No hay nada como asumir las adversidades y luchar contra ellas. Espero que te recuperes lo antes posible.

Besos!!!!

solcervantes dijo...

Gracias