Parece mentira pero han pasado ya dos años desde el día que mi vida giró 180º.
Clara entró en nuestras vidas de la forma más accidentada que pudo hacerlo. Dice la familia que la luna que brilló esa noche no se ha vuelto a ver en el cielo.
Los 730 días siguientes han estado llenos de tal intensidad que mi cansado cuerpo aún no lo ha asimilado pero creí que, justo por eso, se ha merecido la fiesta de cumpleaños mejor que sus padres le han podido preparar, abajo un pequeño ejemplo, evidentemente las etiquetas y el cartel han venido de la mano de la mami de la homenajeada, la decoración y la suculenta comida por parte de ésta y de la abuela Encarna. La tarta, ha sido un encargo de la pastelería mas que tartas, que, dentro de las tartas fondant es una opción a tener en cuenta ya que te dejan libertad para hacer los diseños y los cambios que desees, son bastante agradables y con un precio relativamente bueno, ya que una tarta de estas características te puede salir por lo que te cuesta más o menos una de las de toda la vida.
Espero llenar mi futuro de los recuerdos de los cumpleaños que aún nos esperan, quizás así pueda mitigar otros.
Muchas felicidades, mi niña.
1 comentario:
Pero qué mami tan apañá tiene Clarita!
Una pena no haber probado la tarta...
Un besito! :)
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